Anuncio

Columna semanal. Del robo nadie se salva

Un padre de familia con sus hijos, paseándose en su auto por las calles de la capital en una de las vías rápidas de la ciudad, a las 3:00 de la tarde, es detenido por dos hampones quienes los amenazan con un arma, buscando despojarlos de sus bienes. Parecería un asalto más a otra familia, de los cientos que suceden a diario en la ciudad de México. Actos de violencia como éste suceden con tanta frecuencia no solamente en la capital, sino en otras grandes ciudades del país, que parecería que los ciudadanos empezamos a aceptar que los asaltos, violaciones y secuestros son actividades “cotidianas” que debemos de tolerar si vamos a vivir en estas ciudades.

Pero este asalto a mano armada, a diferencia de la mayoría de estos incidentes, sí fue nota periodística. Y es que fue el subprocurador de Procesos de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, uno de los funcionarios de más rango en la procuración de justicia de esta ciudad, junto con sus hijos, quien sufrió este intento de robo, que fue frustrado por el personal de seguridad del funcionario, y luego de una balacera entre los delincuentes y los guardaespaldas, murió uno de los asaltantes.

Analizando la información que se tiene sobre este caso, hay factores que me llevan a concluir que nadie en esta ciudad parece estar a salvo de asaltos a mano armada. Aunque un subprocurador y su familia corren riesgos de seguridad por el tipo de actividades que él ejerce, lo que uno menos se espera es que cualquier funcionario público que procura justicia sea víctima de un delito de esta naturaleza. Pero este incidente, más allá de la identidad de las víctimas, tiene una lectura preocupante, que los índices de criminalidad en el país solamente tienden a incrementarse.

Comentarios

  1. Estimada Ana María,

    Comparto por este medio un par de comentarios respecto
    a tu editorial del dìa de hoy.
    Saludos.

    AMS: ¿ Debe la sociedad armarse para defenderse ante
    estos delincuentes?
    Buena pregunta, difìcil respuesta. Si como sociedad
    estamos dispuestos a ser fuego para el fuego, moriràn
    varios ciudadanos, pero de paso se limpiarìan las
    calles. Al menos la pensarìan dos veces los asaltantes
    por el riesgo permanente de ser baleado en el intento.

    Mi respuesta deberìa ser un "no" rotundo. Pero en la
    pràctica, si me asaltan mi gobierno no me va a
    defender. Si denuncio me cae el peso de la
    burocracia... y no hay restituciòn del bien perdido.
    El gobierno o las instituciones o lo que sea, no
    tienen "el monopolio" de la violencia, sino que hay
    varios grupos compitiendo.

    Honestamente, me alegra mas saber que el hampón murio
    en el acto. Igualmente en el asalto de esta semana
    donde un comerciante se defendiò y matò al hampòn.
    Cero procesos legales tardados y manoceados, cero
    cárcel.


    AMS: ¿Vale la pena correr este riesgo por defender la
    cartera, un reloj o un carro?
    Voy a suponer que NO valga la pena en lo absoluto. Que
    lo mejor es ser "corderos al sacrificio" y no moverse.
    PERO tomando en cuenta que muriò uno de los hampones
    que tratò de asaltar al procurador, creo que valiò la
    pena. Ese ladròn ya no va a robar nunca mas --eso si
    que resuelve ese caso--.
    Luis Marin

    ResponderBorrar
  2. ...Si las armas se controlaran verdaderamente al menos
    disminuirían los civiles asesinados por el
    hampa...Pero ha de haber efectivos y permanentes
    controles...¡ Saludos !...

    ResponderBorrar

Publicar un comentario