En
los últimos 10 años los jueces federales no tuvieron más protección que la de
su “ángel de la guarda”, pero eso ya no es suficiente y hoy tienen que pedir el
apoyo del Ejército mexicano y la Policía Federal para evitar ser víctimas del
crimen organizado. Así lo reconoció el presidente de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN), Juan Silva Meza, quien dijo que actualmente
cuentan con un mapa de riesgo, en el que no sólo tienen identificado las zonas
más peligrosas, sino también los asuntos que se revisan en juzgados. En su
primera conferencia de prensa, a dos años de asumir la presidencia de la Corte
y del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), el ministro decidió hablar sobre
el tema de la violencia y amenazas que enfrentan los integrantes del Poder
Judicial de la Federación. Indicó que el actual escenario los ha llevado a
pedir el apoyo de las secretarías de la Defensa Nacional y de Seguridad Pública
federal. Algunos jueces, agregó, tienen automóviles blindados y escoltas;
además han firmado convenios con la Policía Federal para garantizar su
seguridad. Mencionó que hace unos meses, un juez federal que tenía que dictar
una sentencia contra un miembro del crimen organizado, fue levantado y
amenazado, para obligarlo a emitir un fallo favorable contra el procesado. Al
conocerse la noticia, se pidió el apoyo del Ejército para que protegiera al
juzgador, quien asistió a dictar su resolución. Después se le cambió de
adscripción para prevenir que atentaran contra su vida. Silva Meza recordó que
cuando él fue juez de Distrito en Materia Penal no había tanto peligro, pues
también manejaron temas de narcotráfico y tuvieron en sus manos los procesos de
los “capos del momento”, pero hoy todo es totalmente diferente.
Con
información de Milenio
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